
Esta es una temporada en la que me encanta visitar los parques, tanto de nuestras ciudades como de aquellos destinos que exploramos en una escapada. No solo nos permiten reconectar con la naturaleza y hacer una pausa del frenético ritmo urbano que llevamos, sino que también nos cuentan historias, ya que muchos de estos espacios verdes han sido escenarios de momentos clave en la historia.
En primavera, además, suelen estar en su máximo esplendor: las flores en plena ebullición, los árboles luciendo un verde vibrante, y el aire más fresco que en cualquier otro sitio al aire libre. Y cuando el calor comienza a dejarse sentir, estos parques se transforman en verdaderos refugios climáticos, ¡benditas sombras de los árboles!
Y aunque al pensar en Madrid los primeros nombres que nos vienen a la mente son El Retiro o El Capricho, lo cierto es que hay otro parque, de gran belleza, enorme, tranquilo y con una historia fascinante, que espera ser descubierto en el norte de Madrid: me refiero a La Quinta del Duque del Arco.
La Quinta del Duque del Arco: elegancia barroca a las puertas del monte
Ubicada en el término municipal de San Sebastián de los Reyes, pero integrada dentro del monte de El Pardo, una de las joyas naturales mejor conservadas de la Comunidad de Madrid, la Quinta del Duque del Arco es mucho más que un parque: es un pedazo de historia enclavado en un entorno natural privilegiado. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando fue concebida como residencia de recreo para el Duque del Arco, uno de los caballeros más cercanos al rey Felipe V.
Este espacio ajardinado formaba parte de una red de fincas nobiliarias construidas en los alrededores de El Pardo, una zona tradicionalmente reservada para el ocio de la corte y utilizada como coto de caza real. La Quinta destaca por su palacete barroco de líneas sobrias pero elegantes, rodeado por jardines geométricos que remiten al clasicismo francés y que exhiben también algunos toques italianos, con parterres de flores y fuentes decorativas.
Un jardín secreto que florece en primavera
Aunque durante muchos años estuvo cerrado al público, en la actualidad la los jardines de la Quinta del Duque del Arco puede visitarse y disfrutar como un remanso de paz, alejado del bullicio de la ciudad. En primavera renace con todo su esplendor gracias a los rosales antiguos que despliegan sus colores y se convierte en el lugar ideal para quienes buscan una escapada cercana a Madrid sin aglomeraciones, prácticamente sin turistas y sin renunciar a la belleza paisajística ni al interés histórico.
Entre las curiosidades del lugar, destaca el hecho de que el diseño original del jardín se mantuvo prácticamente intacto durante siglos. También resulta interesante saber que el palacete fue utilizado como residencia de invitados ilustres en épocas de monarquía y que, según algunos documentos, llegó a acoger reuniones discretas durante el reinado de Alfonso XIII. Además, forma parte del conjunto gestionado por Patrimonio Nacional, lo que garantiza su conservación y el respeto a su legado histórico.
La Quinta del Duque del Arco se encuentra dentro del perímetro de El Pardo, y el acceso más común se realiza desde la carretera M-612, que une Madrid con Colmenar Viejo. Aunque el palacio no se puede visitar, ya que solo se abre para eventos, el acceso al parque es gratuito y está abierto todos los días desde las 10:00 hasta las 19:00. También es importante tener en cuenta que dentro del recinto no hay cafetería ni tienda, por lo que conviene llevar agua y algún tentempié si se planea una visita prolongada.
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