España es el séptimo país con más castillos del mundo, sumando aproximadamente 2.000, muchos de los cuales se concentran en Castilla y León, como el Alcázar de Segovia o el Castillo Templario de Ponferrada, entre otros.
Precisamente allí, en la provincia de Valladolid, se encuentra El Castillo de Peñafiel. Su singularidad arquitectónica, su enclave privilegiado y su fantástico estado de consevación han logrado que se considere como uno de los más bellos de nuestro país.
Aunque comenzó a constuirse en el siglo X, su aspecto actual representa de una forma muy fiel la convulsa historia de las familias a las que ha pertenecido, incluyendo las de Alfonso VI, Fernando III el Santo y su hijo Alfonso X el Sabio. A lo largo de este tiempo sus muros han sido testigos de muchos eventos históricos trascendentales que han tenido consecuencias directas en su arquitectura, como la revuelta contra Juan II de Castilla, quien lo tomó en 1451 y ordenó su demolición.
En 1456, Juan II de Aragón ordenó su reedificación, siguiendo el modelo de la "Escuela de Valladolid", y cuyo resultado ha sido respetado al máximo en las rehabilitaciones que se han realizado posteriormente.
Esta fortaleza medieval fue declarada Monumento Nacional en 1917 y en la actualidad se ha convertido en todo un icono de de la enografía de la Ribera del Duero, ya que desde 1.999 en su interior alberga el Museo Provincial del Vino.
En esa zona del castillo los visitantes pueden aprender sobre historia del vino, técnicas de producción y datos sobre la elaboración de algunos de los caldos más especiales del mundo. Además ofrece la posibilidad de realizar una cata de diversos vinos de la Denominación de Origen Ribera del Duero con enólogos profesionales.
Un castillo de más de doscientos metros de largo
Su particular diseño medieval gracias a las almenas que coronan los muros no deja indiferente a nadie. Su forma asimétrica estrecha y alargada, similar en aspecto a un buque, le ha valido para ganarse el apelativo mas común por el que se conoce: "El Buque de Castilla".
Su tono cambiante es otra de las características más sobresalientes. Está construido con piedra de Campaspero, una caliza natural extraída de la localidad que le da nombre, y que aporta ese aspecto blanquecino en los días fríos y mucha calidez cuando los rayos del sol acarician su superficie. Sin duda gran parte de su majestuosidad se debe a los matices que se pueden adivinar según la luz que se tenga durante el día.
¿Cómo llegar al Castillo de Peñafiel?
El Castillo de Peñafiel está a tan solo dos horas de Madrid, así que es un destino ideal para hacer una escapada. Una vez allí, para subir hay tres posibilidades:
- Coche particular: se puede subir en coche, ya que el trayecto es muy sencillo y se puede aparcar sin problema.
- Autobús. En algunas fiestas importantes, el castillo pone a disposición de los visitantes un autobús gratuito desde el aparcamiento que está a los pies del castillo.
- Caminando: esta es la opción menos popular porque la pendiente es bastante inclinada, aunque es común ver osados visitantes que la desafían.
Es importante tener en cuenta que las visitas al Castillo son guiadas y que la entrada incluye el acceso al Museo Provincial del Vino de forma libre. Esta puede adquirirse directamente en taquilla, o con antelación en la web.