Descubriendo Lisboa: la torre de Belém

Descubriendo Lisboa: la torre de Belém
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Después de haber repasado la historia y los puntos de interés del barrio, vamos a centrarnos en uno de los monumentos más emblemáticos de Lisboa, la torre de Belém, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1983.

Esta peculiar torre se encuentra situada en la desembocadura del río Tajo, en el barrio de Santa Maria de Belém al suroeste de Lisboa. Obra de Francisco de Arruda, es uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura manuelina. Su construcción fue iniciada en 1514, bajo el reinado de Manuel I de Portugal en la misma época en la que se construía el vecino Monasterio de los Jerónimos de Belém.

Las obras finalizaron en 1520 y aunque inicialmente sirvió para la defensa de la ciudad, posteriormente se convirtió en centro aduanero y faro. Hasta llegar a la actualidad, cuando es uno de las visitas más deseadas en Lisboa.

La entrada para adultos es de 5 euros (combinado con el Monasterio de los Jerónimos, 8 euros, y con el Monasterio y el Palacio de Ajuda: 13 euros). Hay descuentos ara jóvenes y mayores, y para los menores de 14 años es gratis. Cierra los lunes.

Quienes quieran disfrutar de la Torre de Belém y del Monasterio de los Jerónimos (junto al Museo Nacional de Arqueología) sin gastar dinero, aparte de cualquier día con la tarjeta Lisboa Card, los domingos y festivos la entrada es gratuita a ambos monumentos (de 10 a 14 horas), aunque, eso sí, no esperemos las puertas vacías. Es cuestión de paciencia y suerte con las colas...

En mi visita dominical había bastante gente esperando para entrar a la torre, pero lo peor eran los atascos que se producían en algunas partes de la misma, en las pequeñas escaleras de caracol de la torre, esperando turnos entre las personas que subían y las que bajaban como una hilera de hormigas sin fin. Por ello decidí no seguir hasta lo alto de la torre, aunque pude disfrutar desde las maravillosas vistas de la primera terraza.

Belém

Arquitectónicamente, el monumento tiene las influencias islámicas y orientales, que caracterizan el estilo manuelino. La decoración exterior presenta los motivos típicos de este arte: cuerdas esculpidas en piedra, galerías abiertas, torres de vigilancia en estilo mozárabe y almenas en forma de escudos decoradas con esferas armilares, la cruz de la Orden de Cristo y elementos naturalistas referidos a los descubrimientos de ultramar.

Destaca la curiosa historia de un rinoceronte, un elemento decorativo que se salía de lo habitual. La figura estaba inspirada en un rinoceronte que, junto a un elefante, llegaron en 1515 a Lisboa como regalo al rey Manuel I de parte del gobernador de las Indias Alfonso de Alburquerque. La llegada de este extraño animal supuso todo un alboroto entre la población, realizándose numerosas fiestas en su honor.

El interior gótico, localizado bajo el piso inferior, sirvió como armería y prisión y es muy austero. La torre cuadrangular, de tradición medieval, se eleva cinco pisos por encima del baluarte, en cada uno podemos ver una sala o capilla y en el quinto piso la terraza de la torre.

Si pensáis pasar un día en Belém os recordamos los consejos para la visita, con todo aquello que debemos saber para disfrutar al máximo de lo que este encantador lugar tiene por ofrecernos. Además, no olvidéis degustar los deliciosos pasteles de Belém.

Todo hará que nuestra visita a esta encantadora parte de Lisboa nos deje un grato recuerdo y unas preciosas fotografías de la torre de Belém. En días tranquilos, sentarse frente a ella y ante el Tajo contemplando sus detalles ha de ser una experiencia fabulosa.

Fotos | Visit Lisboa © Turismo de Lisboa En Diario del viajero | El barrio de Alfama, Los tranvías de Lisboa, Descubriendo Lisboa: Belém

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