El Museo de los objetos perdidos de París y otros museos donde se exponen cosas cotidianas

El Museo de los objetos perdidos de París y otros museos donde se exponen cosas cotidianas
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Si ahora mismo abro el cajón de mi escritorio puedo encontrar, de forma más o menos desordenada, objetos como un ticket de una tienda por la compra de un disco duro, cuatro bolígrafos, tres lápices, una caja de grapas, las instrucciones de una impresora de inyección a tinta, dos libretas con anillas y una libreta sin anillas, una calculadora, un armónica diatónica de veinte agujeros Holmer…

En definitiva, una colección de objetos cotidianos que, sin embargo, resultan significativos para mí, guardan tras de sí una historia que contar, una píldora biográfica que tragar. Son objetos que podrían exhibirse en un presunto viril del museo de mi vida. Una idea que parecen haberse tomado al pie de la letra los siguientes museos de objetos cotidianos que podemos encontrar repartidos por el mundo.

El museo de los objetos perdidos de París

Objets Trouves3
El Micro-musée Service des Objets Trouvés de la Préfecture de Police de París es un curioso museo donde se exponen toda clase de objetos que la gente ha extraviado en los últimos doscientos años y que todavía no han sido reclamados. Todas las piezas proceden del Servicio de Objetos Encontrados creado en París en 1804.

El museo, que se encuentra en el 36 de la rue des Morillons, expone objetos descabalados (algunos con cierto valor histórico), como lo describe así Alberto Granados en su libro Historias imprescindibles para los amantes de los viajes:

Desde los más normales, como una pipa, unos patines para ir sobre hielo o una plancha, hasta otros más peculiares y algo más difíciles de perder, como una silla de ruedas, una prótesis articulada, una dentadura postiza, varios cráneos humanos, un vestido de novia, una urna funeraria con sus cenizas, un sable de la yakuza, una cabeza de obús, fotografías de famosos con sus autógrafos, un cuchillo de defensa de un policía neoyorquino… y la estrella del museo: tres fragmentos de piedra de las Torres Gemelas conservados en una bolsita de seda roja.

El museo de los inodoros de Nueva Delhi

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En Nueva Delhi (India) existe un museo dedicado por entero al mundo del excusado, concretamente a los inodoros. Es el Sulabh International Museum of Toilets. También podemos aprender un poco de historia de los inodoros, porque hay algunas piezas realmente antiguas, amén de tratados y textos con las normas del buen defecar. También se exponen fotografías de baños extraordinarios y maquetas de retretes de distinta ralea.

El museo de los calcetines de Japón

El Museo Del Calcetin Tokio L Ngfh3f
Los calcetines acostumbran a constituir piezas casi radiactivas. Nadie quiere estar cerca de uno (sobre todo si está usado). Sin embargo, en Japón, en el Museo Naigai, le rinden culto con una colección de 20.000 pares. Entre ellos podemos encontrar el calcetín más largo del mundo (32 centímetros de la punta al talón) y diversos calcetines de personajes célebres, como el que se puso el primer ministro japonés Yoshida Shigaru cuando vistió oficialmente Estados Unidos.

Otros museos de lo cotidiano

Coloured Pencils
En Inglaterra tenemos el museo del lápiz o Cumberland Pencil Museum, que está situado en el Distrito de los Lagos, en el pueblo de Keswick (no en vano, fue allí donde se descubrió por azar gracias a un rayo). En Suecia está el Museo de Cerillas de Jönkoping, que solo expone eso, cerillas. En la ciudad holandesa de Ensehede se halla el Museo Jannick del Excremento, donde se expone lo obvio. En Valonia, Bélgica, está el museo del saxofón. Y en Michigan, Estados Unidos, está el museo de la pasta de dientes, el Toothpaste World, donde se expone desde dentífrico con sabor de chocolate hasta sabor bourbon, vino o champán, así como distintos tubos de pasta empleados durante las diferentes guerras mundiales.

Viva lo cotidiano. Incluso lo repugnantemente cotidiano. Por ello reservamos nuestra última visita al epítome de lo repugnantemente cotidiano: la cucaracha. Bienvenidos al Museo de las cucarachas de Texas, abierto por un experto en plagas llamado Michael Bohdan. Incluso dispone de la cucaracha más grande jamás encontrada en Texas, por que la Bohdan pagó la exorbitante suma de 10.000 dólares.

Fotos | Pixabay | Wikimedia

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