Este pueblo de Valencia con nombre de mujer es un paraíso con tres cascadas, ideal para visitar en verano

Este pueblo de Valencia con nombre de mujer es un paraíso con tres cascadas, ideal para visitar en verano
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En lo más profundo del interior de Valencia, lejos del bullicio costero pero a solo una hora de la ciudad, se esconde un rincón donde el tiempo parece fluir al ritmo del agua. Allí, las calles estrechas y empedradas desembocan en fuentes antiguas, las pozas naturales brotan entre barrancos de piedra y el canto de los pájaros se mezcla con el murmullo constante de riachuelos.

Es un lugar que pocos conocen pero quienes lo visitan acaban encantados, especialmente en verano, cuando se convierte en un refugio perfecto contra el calor. Ese lugar mágico tiene nombre de mujer: Anna.

Este precioso pueblo de la comarca de La Canal de Navarrés es una de las joyas más sorprendentes del interior valenciano. Su nombre encierra una historia fascinante: procede de una raíz pre-indoeuropea antiquísima, anterior incluso al quinto milenio antes de Cristo, que se extendió por toda la cuenca mediterránea. Originalmente, esta palabra hacía referencia a una concavidad o cubeta, un concepto que más tarde se asoció al agua acumulada o que fluye por estos espacios. Un significado que encaja a la perfección con su geografía, ya que el pueblo se asienta junto al profundo cauce del "Riu d’Anna", como lo conocen desde hace siglos los habitantes de la vecina Ribera Alta.

Tres cascadas y un baño en plena naturaleza

Anna Valencia Cascadas

La Ruta de las Tres Cascadas de Anna es famosa entre los senderistas experimentados porque ofrece mucho más que un paseo por la naturaleza: es un viaje por el pasado del pueblo, ya que este sendero, hoy recreativo, fue antaño transitado por vecinos que lo recorrían diariamente para llegar a las fábricas donde trabajaban. El recorrido arranca en la Avenida Diputación nº 65 y a los pocos minutos se alcanza el Gorgo Gaspar, una acogedora zona con bancos de piedra donde el agua, procedente de la Albufera de Anna, cae en una pequeña cascada. Este salto movía antiguamente una noria que daba energía a una fábrica textil, cuyas ruinas, la “Fábrica Miguelín”, pueden verse unos metros más adelante.

Continuando por la senda, siempre señalizada con cuerdas, tablas o pasarelas, se llega a la espectacular Cascada de los Vikingos, un rincón fresco y vibrante donde es habitual encontrarse con aficionados al barranquismo. La ruta sigue con un tramo algo más exigente y salvaje, con pasos estrechos y una breve subida hasta conectar con una senda que bordea el río. Tras cruzar un improvisado puente hecho con palés, se llega a la impresionante Cascada del Salto, cuyas aguas se desploman desde el alto del Gorgo de la Escalera, cerrando así un recorrido cargado de belleza. Quienes deseen alargar la jornada también pueden visitar el cercano Gorgo Catalán, señalizado al inicio del sendero y perfecto para un último baño tranquilo.

Algo importante a tener en cuenta es que a partir del verano de 2025, para preservar este entorno único y evitar su masificación, el Ayuntamiento ha establecido una tasa de acceso de dos euros por persona, que debe abonarse antes de comenzar la ruta. El objetivo es garantizar un turismo sostenible y cuidar de este tesoro natural que forma parte de la identidad del pueblo.

Anna: un pueblo que respira historia

Castillo Palacio Cervello
Palacio de los Condes de Cervelló

Aunque las cascadas son su emblema, Anna guarda en su casco urbano un patrimonio cultural y arquitectónico que sorprende a quien le visita. El lugar más emblemático es el Palacio de los Condes de Cervelló, apodado con razón como la pequeña Alhambra valenciana. Este edificio de origen árabe, remodelado en épocas posteriores, conserva bellísimos arcos de herradura, techos artesonados y una atmósfera que transporta a otros tiempos. En su interior alberga dos museos: el Museo Etnológico, que muestra la vida rural y costumbres tradicionales del pueblo y el Museo del Agua, que explica la compleja e ingeniosa red hidráulica heredada del periodo andalusí y su importancia en la historia local.

No muy lejos se encuentra la Iglesia de la Inmaculada Concepción, un templo de estilo neoclásico con retablos barrocos y una destacada torre campanario. En el paseo por el pueblo se pueden admirar también antiguos lavaderos, fuentes ornamentales, y casas con arquitectura típica valenciana.

Lago De Anna En Valencia

Por último, una parada obligatoria es la Albufera de Anna, un gran lago natural a las afueras del núcleo urbano. Es uno de los pocos humedales interiores de la provincia y un espacio ideal para pasear, remar en barca o disfrutar de un arroz al aire libre en alguno de los restaurantes con terraza. La zona cuenta con merenderos, zonas de juegos infantiles y senderos que la rodean, lo que la convierte en un plan perfecto para familias.

Imágenes | Comunitat Valenciana

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