Roma está imposible por el calor. La mejor alternativa es una ciudad italiana... en Alemania

Roma está imposible por el calor. La mejor alternativa es una ciudad italiana... en Alemania
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En Roma el verano siempre es intenso, aunque estos días, con la ola de calor, en sus calles se están llegando a superar los 42 grados. Temperaturas extremas y poco recomendables para hacer turismo que, además, se repiten por toda Italia.

Con este panorama infernal, el viaje soñado puede convertirse en una auténtica tortura. Entonces, ¿qué hacemos con nuestras ganas de visitar el bel paese? Las canalizamos para descubrir un destino alternativo, muy romano pero mucho más fresquito: Tréveris. Una ciudad alemana, conocida como la segunda Roma, que no supera los 25 ºC en todo el verano.

Se encuentra más o menos a 1 hora y 45 minutos en tren y autobús desde Luxemburgo, el aeropuerto de Frankfurt-Hahn o el de Frankfurt Main. Y puede presumir de ser la localidad del Norte de Europa donde se conserva la mayor densidad de restos romanos.

Trier, que es como se llama en alemán, resulta una auténtica caja de sorpresas.

Pasear entre la historia de la Antigua Roma

Basilica Constantino
© Hewlett-Packard - Trier Turismo y Marketing GmbH

Tréveris, fundada el año 16 a. C. como Augusta Treverorum, se disputa con Augsburgo ser la ciudad más antigua de Alemania. Tiene nueve monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, de los cuales siete pertenecen al periodo en que formó parte del Imperio Romano, que duró unos 500 años.

Son los siguientes:

  • Porta Negra: la puerta romana mejor conservada al norte de los Alpes. Es del año 170 d. C. y debe su nombre a su color oscuro, que la vuelve todavía más imponente.
  • Basílica de Constantino: Fue levantada a principios del siglo IV por Constantino I como la recepción y sala del trono del palacio imperial. Resulta difícil sentarse a tomar algo en la terraza de enfrente sin olvidar que estás en Alemania y no en Italia.
  • Anfiteatro: Se construyó en el siglo II d.C y se estima que albergaba hasta 18.000 espectadores para sus torneos de gladiadores y peleas de animales. Ocupa el décimo lugar entre los anfiteatros romanos conservados más grandes del mundo.
Puente Romano Trier
© Christian Millen - Trier Turismo y Marketing GmbH
  • Puente Romano: el puente en pie más antiguo de Alemania que cruza el río Mosela desde el año 150 d.C. Se construyó con basalto negro de las montañas de Eifel. Y su estructura, hoy de piedra, antes fue de madera para poder incendiarse en caso de guerra
  • Termas imperiales: Un complejo termal construido en el siglo IV d.C. que es Roma en estado puro.
  • Termas de Bárbara: otro conjunto de termas romanas del siglo segundo, posicionado como el más grande al norte de los Alpes.
  • Columna de Igel: Esta espectacular estructura funeraria se encuentra a las afueras de Tréveris y es el único mausoleo romano que sigue en pie… ¿lo adivinas? Exacto, al norte de los Alpes.
Catedral San Pedro Trier
© Trier Turismo y Marketing GmbH

Aunque es posterior, la catedral de San Pedro de Trier es considerada la iglesia más antigua de Alemania ya que su estructura se alza sobre edificios romanos.

Por otra parte, la iglesia de Nuestra Señora, construida entre 1235 y 1260, es uno de los primeros ejemplos de arquitectura gótica del país. Sin duda, dos templos que también vale la pena visitar por su belleza y valor arquitectónico.

Centuriones romanos, gladiadores y vino

Centurion Romano Trier
© Photograph Yaph - Trier Turismo y Marketing GmbH

Además de por su magnífico legado histórico, en Tréveris hay más cosas que nos recuerdan a Roma. Una muy representativa son los guías turísticos vestidos de gladiadores o centuriones romanos. Eso sí, falla el italiano, los tours suelen ser en inglés, alemán y holandés

Otro parecido significativo lo encontramos en el culto al buen vino. Mosel es la región vinícola más antigua de Alemania (¿ha quedado ya claro que aquí todo es lo más antiguo, verdad?) y son numerosas las bodegas donde podemos degustarlos.

También hay pasta, pizza, ¡y helados! Y por supuesto un montón de restaurantes, museos, bares, barrios, calles, edificios, monumentos y caminos 100 % alemanes. Otra faceta a descubrir (casi, casi) igual de bonita e interesante.

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