El calendario es un invento humano, así como cualquier otra forma de contar el tiempo. Eso lleva aparejados no pocos conflictos entre países: más que nada porque el Sol no brilla simultáneamente en todos los lugares del mundo, así que los mecanismos para consignar las horas y los días deben manipularse a fin de que se sincronicen con el sol. O con la religión.
A este último respecto, en 1752, los días 3 al 13 de septiembre, nunca tuvieron lugar en Gran Bretaña. Así, de un plumazo, al país le habían robado 11 días a fin de sincronizarse con los países de su entorno.
La razón subyace en las creencias religiosas, pues Gran Bretaña y su imperio había adoptado el calendario juliano, en vez del gregoriano introducido por el papa Gregorio XIII en el siglo XVI, que fue rechazado por constituir una innovación procedente de la Iglesia Católica (Gran Bretaña era protestante).
Fue ese día de septiembre de 1752 cuando finalmente Gran Bretaña aceptó el calendario gregoriano, pero entonces ellos iban 11 días por detrás del resto de Europa. Así que los británicos se fueron a dormir un 3 de septiembre, y se levantaron un 13 de septiembre, con todo lo que ello implicaba.
Dicha “sustracción” de once días pudo haber causado algún disturbio o protesta, aunque tal vez se hayan exagerado las mismas por otras razones, tal y como explica Ian Crofton en Historia de la ciencia sin los trozos aburridos:
El relato de que en Londres hubo manifestantes que se opusieron al cambio, mientras cantaban “¡Devolvednos nuestros once días!”, pudo haberse originado en un anuncio que aparecía en An Election Entertainment, un grabado satírico de William Hogarth de una elección parlamentaria en Oxfordshire, durante la cual los tories atacaron a los whigs en todos los frentes posibles, entre ellos la reforma del calendario introducida por éstos.
Otras anomalías temporales jugando al golf
Allí hay un campo de golf cruzado por una frontera internacional que consta de 18 hoyos: tres de ellos son hoyos fronerizos, así que para llegar al green es imprescindible cruzar de Suecia a Finlandia y viceversa. A esto se añade que Suecia y Finlandia no comparten huso horario, de modo que, al cruzar la frontera, también habrá que adelantar o atrasar una hora el reloj.
Navidad primeriza
Se la conoce como Kiritimati, pertenece a la República de Kiribati, y también es llamada Isla de Navidad o Christmas Island. Kiritimati es el primer lugar habitado sobre la Tierra en recibir el Año Nuevo). Sin embargo, desde 2011 comparte este honor con Samoa y Tokelau, al quedar estos dos territorios encuadrados en el mismo huso horario tras la decisión de sus gobiernos de adelantar en un día su hora.
Los 5.500 habitantes de la isla viven en ciudades llamadas París, Londres o Polonia. Lo cual añade aún más extrañeza si cabe al lugar.
En Diario del Viajero | Kiribati, un archipiélago menguante | Los primeros en celebrar el Año Nuevo Fotos Wikipedia