Esta ruta que pasa por un imponente cañón, dos puentes medievales y un pueblo abandonado está a una hora de Madrid. Esta es la época perfecta para descubrirla

Esta ruta que pasa por un imponente cañón, dos puentes medievales y un pueblo abandonado está a una hora de Madrid. Esta es la época perfecta para descubrirla
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Si hay un momento ideal para calzarnos las zapatillas de montaña y salir a explorar, es justo este. La primavera se encuentra en todo su esplendor, el clima es ideal para salir en la mañana sin pasar frío y la tarde invita a celebrar el trayecto recorrido en la terraza de algún pueblecito pequeño. Todo son ventajas.

Y precisamente la ruta que propongo hoy, tiene todo para convertirse en una experiencia inolvidable porque incluye algunos toques de historia, además un entorno maravilloso coronado por un verdadero espectáculo natural: la Risca del Río Moros.

Partiendo desde el pequeño y encantador pueblo de Valdeprados, en el corazón de la provincia de Segovia y a escasos kilómetros de la sierra de Guadarrama, este es un plan estupendo para desconectar sin mayores complicaciones ni presupuesto a poco más de una hora de Madrid.

La Risca del Río Moros: una ruta que lo tiene todo

Valdeprados es el punto de partida ideal y es recomendable hacerlo desde el parque infantil que está a la salida del pueblo. La ruta no está señalizada como una senda oficial, pero es bastante intuitiva si se sigue el curso del río Moros en dirección sur, hacia las cárcavas y farallones rocosos que se conocen como la Risca. El camino se disfruta mucho gracias al sonido del agua y los pájaros, así como la sombra de los chopos y álamos que acompaña todo el camino.

El primero en aparecer en la ruta, tras bordear el río es el Puente del Río Moros, también conocido por los locales simplemente como “el puente viejo”. Se trata de un puente de mampostería y aspecto modesto, pero muy sólido. Aunque no está documentado con precisión, su estilo apunta a una posible construcción medieval o incluso anterior, reutilizado y reformado en épocas posteriores.

Este fue utilizado durante siglos por ganaderos y habitantes de los pueblos cercanos para cruzar el río en sus desplazamientos estacionales. A día de hoy todavía se puede pasar sobre él, aunque se recomienda precaución, ya que la vegetación y el paso del tiempo han desgastado parte del pretil.

Poco después, la ruta nos lleva al evocador Puente de los Enamorados. Más estrecho y escondido, este paso tiene un encanto especial. Según la tradición oral, aquí se encontraban en secreto jóvenes de pueblos vecinos que vivían amores imposibles por las diferencias sociales o familiares. Su nombre romántico es reciente, pero se ha impuesto por la belleza del entorno y la leyenda que arrastra.

Puente Enamorados

En cuanto a su origen, no hay documentación oficial que certifique su época, pero se cree que podría haber sido un paso de piedra para uso agrícola en los siglos XVII o XVIII. Aunque de este solo se conservan las bases, sobre estas se ha habilitado un tablero y pasarela de madera.

Posteriormente aparece la tan esperada Risca del Río Moros, Esta es una especie de garganta fluvial o cañón estrecho y escarpado que se forma por el encajonamiento del Río Moros entre paredes de roca de caída vertical de hasta 40 metros que, en algunos tramos, parecen haber sido talladas por gigantes. Aquí es imprescindible pararse en el mirador para disfrutar del espectáculo que supone un paisaje tan agreste y maravilloso.

Después, siguiendo el curso del río y atravesando una zona más llana, llegamos a Guijasalbas, un pueblo abandonado cuyas ruinas de piedra cuentan historias de una vida rural que ha ido en declive. Aunque actualmente está vallado y no se puede recorrer, es un lugar perfecto para detenerse y reflexionar sobre la despoblación que está marcando tantos rincones de nuestro país.

Y tras este completo trayacto, es momento de volver a Valdeprados. Aunque tiene un tamaño modesto, en este bonito pueblo se respira calma y además lo puedes recorrer en poco tiempo. Aunque alberga el Castillo de Sanguino (antigua fortaleza del conocido como "Conde Puñoenrostro"), este solo está abierto para eventos, pero el ambiente tranquilo que se respira allí bien merece una parada.

Imágenes de Segovia un buen plan


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