Obon, el "Día de los Muertos" en Japón y algunas de sus costumbres relacionadas con la muerte
Acabamos de vivir un "Día de los Muertos" o de Difuntos o de Halloween, como prefieras. En casi todo el mundo de una u otra forma, más o menos lúdica o festiva, la Muerte ha sido protagonista de reuniones, rituales y recuerdos.
Desde México y sus vistosas celebraciones que se replican en muchas ciudades del mundo, pasando por las visitas a los cementerios como nuevos atractivos de rutas turísticas (el necroturismo), el recuerdo de los difuntos y el paso de la vida a la muerte, se recuerdan de distinta forma de acuerdo a cada cultura.
Nos acercamos hoy a Japón para conocer algunas de sus creencias sobre la muerte y a la celebración de Obon, su "Día de los Muertos".
En primer lugar debemos saber que la muerte no se ve como una ruptura, sino más bien como un paso, la continuidad de la vida, un momento de conexión profunda con la Naturaleza.
Obon, la celebración de difuntos
A mediados de julio o de agosto (dependiendo de la zona de Japón y del calendario utilizado), se celebran 3 días de recordatorio a las almas de los difuntos. En esos días se realizan celebraciones festivas, bailes, desfiles y encuentros en los que abunda la alegría, la música y los buenos deseos.
Es un buen momento para la interacción social, y si bien no se trata de días festivos, muchos lo festejan como unas verdaderas mini vacaciones. Si estás de paso por Japón en esas fechas, seguramente disfrutarás viendo esas celebraciones, nada lúgubres. Es como un colorido carnaval donde no faltan juegos, bailes y celebraciones veraniegas al aire libre y en las que seguramente te convidarán a comer un buen trozo de sandía (muy tradicional en esos días).
Hay tres celebraciones principales:
Tōrō nagashi es la tan bonita celebración en la que se lanzan farolillos de papel a las aguas de un río para que guíen guía a los espíritus de los muertos hacia su camino al otro mundo. Se realiza la primer noche del Obon. (foto del inicio)
Bon Odori es la celebración al aire libre en la que suenan tambores ceremoniales y la gente se reúne a cantar, bailar y comer en honor a los difuntos. "La música debe ser alegre para dar la bienvenida a las almas de los ancestros y la gente debe mantener un humor alegre."
Gozan no Okuribi es un festejo especialmente vistoso: es la última noche del Obon cuando los difuntos que nos han visitado, vuelven a su retiro en el otro mundo. En Kioto es especialmente bonita cuando grandes fogatas que dibujan enormes caracteres japoneses, iluminan las colinas cercanas.
Costumbres relacionadas con la muerte
El número cuatro se pronuncia "shi" exactamente igual que la palabra muerte por lo que suele obviarse el 4 en todas sus formas..
Si bien en Japón encontramos una mezcla de creencias, el 90% de los funerales que se realizan son budistas.
La organización del funeral y el contacto con el templo generalmente es responsabilidad del hijo mayor.
El cuerpo del fallecido se coloca en el ataúd vestido y siempre con la cabeza hacia el norte o hacia el oeste en el caso que sea budista.
En el ataúd se incluye algún objeto personal que se pueda quemar, sandalias, y seis monedas.
Estos objetos "le ayudarán" en el cruce del Río de Tres Cruces, río imaginario que, en la tradición budista, debían cruzar las almas de los fallecidos el séptimo día posterior a su muerte.
Según su fe, las almas de los difuntos deben atravesar el río en uno de tres lugares con distintas profundidades de acuerdo con las malas causas cometidas en esta existencia. Aquellos que realizaron más acciones negativas, deben cruzar por la parte más profunda.
Tanto la yukata en hombres como el kimono en mujeres, se cruza distinto cuando estamos vivos o muertos. En las ocasiones en que se viste el cadáver con un kimono, se cruza de derecha a izquierda.
Mientras que en otros tiempos se usaban ropas blancas para los funerales, hoy en día los asistentes a un funeral en Japón visten de negro. Los hombres usan un traje negro con una camisa blanca y un lazo negro, y las mujeres usan vestido o kimono negro.
Los asistentes al velatorio llevan dinero de condolencia en un sobre especial decorado en negro y plata que dejan en la entrada del velatorio.
Mientras los familiares ofrecen cada uno incienso tres veces en la urna delante de la persona fallecida, los invitados lo hacen en otro lugar detrás de los asientos de los familiares.
Los asistentes reciben a la salida del velatorio un presente que guarda relación con el monto de dinero de condolencia entregado.
Los familiares suelen velar el cuerpo del difunto durante la noche.
Durante todo el velatorio, el sacerdote budista recita el surta.
Al día siguiente del velatorio se realiza el funeral, en el que el difunto recibe un nuevo nombre para así impedir el regreso de los muertos, si se le llama por su verdadero nombre.
La longitud del nombre depende de la esperanza de vida de la persona, aunque lo más común es que dependa de la cantidad e dinero donado por los familiares al templo.
Antes de cerrar el ataúd los asistentes colocan ofrendas y flores sobre el cuerpo.
Los cuerpos se creman.
¿Por qué se considera inadecuado pasarse comida unos a otros en la mesa utilizando palillos? La razón debemos buscarla en el momento siguiente a la cremación. Al finalizar la incineración de los restos de una persona, los familiares se reúnen alrededor de sus huesos para escoger los que se llevarán para honrarlos. Unos y otros participan del momento y se van pasando los huesos del difunto utilizando grandes palillos.
Se guardan los huesos del difunto en estricto orden (comienzan a recogerlos por los pies) porque creen que si algún día el espíritu del fallecido necesitara recuperar su cuerpo tendría sus restos celosamente ordenados.
Una tradicional tumba japonesa se llama haka: una lápida de piedra, con un lugar para las flores, incienso y agua y una cámara debajo para la urna con las cenizas.
Los nombres se graban en la lápida. Una curiosidad: si el fallecido está casado, se graba también el nombre de su cónyuge y se pintan os caracteres en rojo. Una vez que el cónyuge también fallezca, sus cenizas se agregan a la tumba y se borra la tinta roja.
Una imagen del fallecido se coloca cerca del altar de la familia en el hogar de los familiares.
Quiero agradecer especialmente la ayuda de mi amiga Hana por su detallada descripción de los rituales funerarios de su país, Japón, y por haber contestado mis continuas preguntas.
Fotos | Giaponizzati, Hana Yuki.
En Diario del Viajero | Japón: diez augurios de mala suerte
En Diario del Viajero | Japón explicado por un japonés (vídeo)