¿Qué significa “tomar las aguas”? Turismo termal y balnearios del mundo (y el pueblo spa)

¿Qué significa “tomar las aguas”? Turismo termal y balnearios del mundo (y el pueblo spa)
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A medida que se fue desarrollando el turismo, también lo hizo el interés por la limpieza y la higiene. Con todo, los orígenes del termalismo se remontan a la antigua Roma. Desde el siglo XVIII, empezó a estudiarse científicamente, como una rama de la medicina, la curación por medio de las aguas minerales. Y en eso consiste básicamente "tomar las aguas".

Al principio empezó siendo un turismo de aristocracia y burguesía adinerada, pero poco a poco se trasladó a todas las clases sociales, pues a la estancia al complejo balneario se le sumó también la contemplación de la naturaleza. Según Dominique Jarrassé, las aguas o los spas fueron un lugar decisivo en la aparición de las primeras formas de turismo unidas a una especial sensibilidad hacia la naturaleza.

A pesar de que el primer balneario moderno surgió en Inglaterra, fue en Alemania donde se consolidó, desde Marienbad a Baden-Baden. También en Bélgica encontramos Spa (sí, de aquí deriva el término moderno y cool de ‘spa’). Y en Francia, Vichy. Pero los recintos termales más famosos en el siglo XIX se situaban a lo largo del Rin llegando a Bohemia y a los Alpes.

Luzéa
Incluso los escritores hallaban la inspiración en los balnearios, como Walter Scott en su obra St. Ronan´s Well (1824), que situó la trama en un spa de Escocia que describía así: “estaba ubicado en un lugar tan romántico que todos “les touristes” se paraban allí para coger sus pinceles.”

Tal y como añaden José M. Faraldo y Carolina Rodríguez-López en su libro Introducción a la historia del turismo:

Pero, también, beber un vaso de agua y tomar los baños se convirtieron en momentos de citas, de encuentros sociales, más que en un acto de comunión con la naturaleza. La diversión y la socialización estaban previstas siempre en las estancias balnearias. Todas las guías de los balnearios incluían un repertorio de los lugares próximos como posibles destinos para el paseo: cascadas, bosques, ruinas de castillos (como el de Baden) o abadías (como la de Rautecombe cerca de Aix-en-Savoie) estaban unidos por una red de caminos a las ciudades balnearias, comprendiendo tanto las montañas como los valles o los bosques próximos. Sucedía también que el ritual termal podía consistir en dirigirse a diferentes fuentes, como en Spa, o ir hacia fuentes alejadas.

La llegada masiva de turistas a lugares tan recónditos desarrolló la economía y las infraestructuras de tales sitios. Por ejemplo, la ruta termal de los Pirineos que enlaza las estaciones de valle en valle desde Eaux-Chaudes hasta Luchon, fue impulsada por Napoleón II en 1859 a instancias de su ministro y presidente del consejo general del departamento de los Altos Pirineos, Achille Fould.

Visitando un balneario de Altos Pirineos
Visitando un balneario de Altos Pirineos: Luzéa

Los balnearios también permiten acceder a otras actividades lúdicas o culturales. En Wiesbaden, por ejemplo, hay ruinas romanas y castillos. Hombourg ofrecía caza. Baden-Baden cuyas aguas surgen a 2000 metros de profundidad a una temperatura entre 50°C y 68°C, muy ricas en cloruro sódico, ofrecían carreras y teatro. Ems, espectáculos. Wiesbaden, un festival de música.

Los Alpes suizos esconden diversas fuentes termales pero el Hotel Therme Vals, escondido en el valle de los Grisones, es probablemente una de las fuentes más visitadas por su originalidad en el diseño: obra del arquitecto Peter Zumthor, realizada con 60.000 piezas de cuarcita, alberga las instalaciones de una agua cargada de sales minerales a 30°C.

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Por haber, incluso hay balnearios radioactivos, como el Radium Palace Hotel.

Aguas termales españolas

Ya en el siglo XVIII nacieron los primeros centros termales modernos en España, como el de Solán de Cabras, en Cuenca, el de Sacedón y Trillo, en Guadalajara, Marmolejo (Jaén) o Puente Viejo (Cantabria). El Balneario Paracuellos de Jiloca es el más antiguo de los balnearios de Aragón. Construido en 1848, ha sido durante décadas uno de los balnearios de referencia en España para el tratamiento de afecciones de la piel, afecciones respiratorias y problemas óseos.

España contaba con un considerable número de aguas minerales, así, sin contar Canarias y las islas Baleares, en 1877 había registradas 1.865 fuentes. La distribución no era homogénea y, en general, su presencia era mayor en las provincias del norte, sobresaliendo, sin duda, los casos de Gipuzcua y Vizcaya.

En Diario del viajero | Baden-Baden, la ciudad de los balnearios | Consejos para visitar un balneario en Budapest Fotos | Wikipedia | Sergio Parra

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