Diez visitas imprescindibles en Lisboa

Diez visitas imprescindibles en Lisboa
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Ojalá tuviéramos tanto tiempo como para pasar Un invierno en Lisboa. Pero el tiempo apremia, y apenas en unos pocos días queremos ver lo mejor, aquellas diez visitas imprescindibles en Lisboa. Por el camino, quedarán unas cuantas propuestas pendientes. Ya tenemos excusa para volver.

Y es que sin duda se van a quedar muchos lugares fuera de este listado, porque Lisboa muestra en ocasiones, esconde en otras, muchos atractivos que no deberíamos perdernos. Lo mejor, recorrerla con calma y encontrar nuestros propios imprescindibles en esta ciudad de luz tan especial.

La Plaza de Comercio

La Praça do Comercio, la antigua entrada marítima a Lisboa, es una de las más grandes de Europa, impresionante por los soportales que la flanquean, por la gran estatua ecuestre de Dom José I que la vigila desde el centro o el Arco del Triunfo, preámbulo a la concurrida Rua Augusta, la gran calle comercial de A Baixa.

En el lado opuesto, el Tajo. Si nos asomamos al río, podemos ver el ir y venir de los barcos cacilheiros, tradicional medio de transporte entre las dos riberas. Y desde el mirador Cais das Colunas (“Muelle de las Columnas” obtendremos maravillosas vistas tanto al estuario como hacia atrás, a la Plaza de Comercio.

El barrio de Alfama

Este es el barrio más peculiar y popular de Lisboa, que conserva el sabor auténtico y algo decadente de la ciudad, con sus fachadas antiguas plagadas de ropa tendida, los comercios que ocupan la calle y sus vecinos a las puertas abiertas. Perderse entre sus callejuelas y sus escalinatas estrechas, descubrir locales de fado que debieron relucir en otra época, o fijarse en los azulejos deslucidos de las fachadas es una experiencia fabulosa.

El Palacio Azurara, la curiosa Casa dos Bicos, museos como la Casa do Fado, y puntos imprescindibles como el mirador de Santa Luzia, son algunos de los puntos de interés de este barrio que se recorre tranquilo.

La Sé, Catedral de Lisboa

Mención especial merece en esta zona La Sé o Catedral de Lisboa, la iglesia más antigua de la ciudad, que ha sufrido modificaciones en varias ocasiones y es el resultado de una mezcla de distintos estilos arquitectónicos. Destacan las torres de su fachada limitando al gran rosetón central, y un interior gótico bastante austero, con su claustro.

El elevador de Santa Justa

El elevador neogótico de Santa Justa se ha convertido en uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad, aunque en realidad estemos ante una forma más de transporte público en Lisboa. También se lo conoce como Elevador do Carmo, ya que nos sube al barrio y al convento con el mismo nombre.

Construido en hierro al estilo decimonónico, es un ascensor que nos va a trasnsportar de un mundo a otro, ya que comunica la bulliciosa Baixa con sus calles comerciales y el tranquilo Carmo, con las ruinas del Monasterio recibiéndonos en lo alto tras la pasarela. Si tenemos que subir “motorizados” a alguna de las siete colinas de la ciudad, este es el medio.

Un invierno en Lisboa

El mirador de San Pedro de Alcántara

Tal vez sea este el mirador más privilegiado sobre Lisboa, con unas vistas estupendas hacia la Baixa, Alfama y el Castillo de San Jorge al frente, el inmenso Tajo a la derecha y la parte nueva de la ciudad, con las Avenidas, a la izquierda.

Podemos llegar a este lugar fácilmente desde A Baixa, subiendo por la calçada de Glória, andando o en su famoso elevador, que nos deja justo al lado. Muy recomendable a la puesta de sol, cuando la ciudad se empieza a iluminar. No estaréis solos en este lugar, punto de encuentro para lisboetas y destino turístico principal en la ciudad. Pero merece la pena.

El Parque Eduardo VII

Un espacio perfecto para pasear y obtener una panorámica de la parte baja de la ciudad es el Parque Eduardo VII de Inglaterra, un espacio tranquilo junto a la Plaza del Marqués de Pombal, la parte que separa la parte antigua de las ampliaciones más modernas de la ciudad.

Es el mayor parque del centro de Lisboa, y pasear por su gran vertiente empinada, que se extiende por 25 hectáreas, es una maravilla. Fue abierta al principio del siglo XX como prolongación de la Avenida da Liberdade. En el lado noroeste del parque se encuentra la Estufa Fria, un jardín botánico con numerosas plantas exóticas, riachuelos, cascadas, palmeras, arbustos con flores y bananeras. La Estufa Quente posee plantas y animales de clima tropical.

La torre de Belém

La Torre de Belém es un monumento emblemático de la ciudad, que recuerda a los grandes conquistadores junto al Tajo de camino al Nuevo Mundo. Un edificio de elegante estilo manuelino que brilla con el esplendor de otra época y que fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1983.

No nos cansaremos de observar su peculiar decoración marinera, relativa a los descubrimientos (o a la curiosa historia de un rinoceronte), de asomarnos al tajo desde sus miradores…

A Baixa Lisboa

El Monasterio de los Jerónimos

El Monasterio de los Jerónimos de Santa María de Belém es uno de los edificios religiosos más bonitos del mundo. Diseñado en estilo manuelino, fue encargado por el rey Manuel I de Portugal para conmemorar el regreso de la India de Vasco de Gama. Destacan los portales principal y lateral, el interior de la iglesia y el fabuloso claustro, donde no te cansarás de fotografiar los detalles.

Las capillas de la iglesia fueron remodeladas en estilo renacentista y contienen las arcas funerarias de Manuel I y su familia, además de otros reyes de Portugal. En los Jerónimos se hallan también las tumbas (neomanuelinas) del navegador Vasco da Gama y el poeta Luís de Camões. En una capilla del claustro descansan los restos del escritor Fernando Pessoa.

En un anexo construido en 1850 se ubica el Museo Nacional de Arqueología, el Museu da Marinha se encuentra en el ala oeste.

La confiteria de Belém

En la Antiga Confeitaria de Belém vamos a hacer una parada para degustar los pastelitos más ricos que hayáis probado últimamente. No querréis salir de allí sin llevaros unas cajas para no olvidar su sabor. Los “Pastéis de Belém” son fruto de una receta secreta del Monasterio. Desde 1837 empezaron a fabricarse estos deliciosos pastelillos que hoy hacen las delicias de cientos de visitantes cada día.

No dejéis de pasearos por el local, observar los techos, las paredes y deleitaros con las vitrinas repletas de otras delicias típicas de la zona.

El Parque de las Naciones

Nos trasladamos al otro extremo de la ciudad en otra visita imprescindible para comprender el presente y el futuro de Lisboa, en un entorno moderno que tienen poco que ver con el resto de paradas que hemos hecho en la ciudad. Nos recibe la moderna estación de metro de Oriente, un curioso centro comercial y nos introducimos de lleno en la antigua “Expo’98”.

Los paseos junto al río, salpicados de esculturas, jardines y fuentes modernistas, o visitas tan importantes como el Oceanario, son algunos de sus atractivos. Además aquí podemos realizar un paseo en teleférico que nos muestre una fabulosa panorámica del Parque y del Tajo.

Si tuviera que añadir un +1 a este listado de las diez visitas imprescindibles en Lisboa, sin duda sería el Castillo de San Jorge, aunque tal vez me deje imperdonablemente la cena en un local del fado más auténtico, o algún mirador a la ciudad… Espero que me digáis otras muchas visitas olvidadas porque cada vez tengo más ganas de volver a Lisboa.

Fotos | © Turismo de Lisboa, © Turismo de Lisboa / Gustavo Figueiredo
En Diario del viajero | Descubriendo Lisboa: Belém, Curiosidades de Lisboa, Los elevadores de Lisboa

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